Personas preocupadas por su salud cardiovascular, que quieran una ayuda para el manejo de la obesidad o los procesos inflamatorios. El aceite de pescado es una fuente natural de ácidos grasos omega-3. Éstos, junto con la vitamina E, nos ayudan a prevenir trastornos circulatorios, disminuir el riesgo cardiaco y la inflamación de los tejidos. También presentan efectos beneficiosos sobre el metabolismo de carbohidratos y regulan la sensación de hambre, siendo interesantes para personas que estén en regímenes de control de peso.
Los ácidos grasos omega-3 son esenciales pues el cuerpo no puede producirlos y deben obtenerse a través de la dieta. De entre ellos destacan el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ambos provenientes del aceite de pescados azules y algunas algas. Son necesarios durante la infancia y el crecimiento, además de en adultos para diversas funciones del organismo.
El EPA mantiene la distribución normal de colesterol en las membranas celulares y mejora la función endotelial. En una publicación reciente en la revista Current atherosclerosis reports (2023) se explica cómo este ácido graso es capaz de reducir el depósito de lípidos en las arterias gracias a este efecto y, así, disminuir el riesgo cardiovascular.
En otro artículo científico en la Current vascular pharmacology (2007), se muestra cómo lo ácidos grasos omega-3 interfieren en el metabolismo del ácido araquidónico, precursor de muchos mediadores de la inflamación. También se ha demostrado que presentan efecto antiarrítmico y que mejoran la recuperación del tejido cardiaco tras un infarto de miocardio.
En la revista The Journal of nutritional biochemistry (2018) hallamos otro estudio donde se observan propiedades interesantes de los ácidos grasos omega-3 en el manejo del control de peso. Éstos presentan efectos moduladores del metabolismo de lípidos y la regulación de adipoquinas (como la adiponectina y leptina) que influyen en el metabolismo de hidratos de carbono y en la sensación de saciedad. Por ello, su consumo es muy apropiado en el manejo y prevención de la obesidad y otros síntomas del síndrome metabólico.
La vitamina E (D-alfa tocoferol) es una vitamina liposoluble conocida por sus propiedades antioxidantes. En un estudio publicado en International journal of nanomedicine (2020) explican el reciente descubrimiento de que esta proteína también tiene propiedades antinflamatorias. Esto ha despertado el interés de su uso para el mantenimiento de la salud cardiovascular, del sistema musculoesquelético, de la piel o el sistema nervioso. Sin embargo, la baja biodisponibilidad de esta vitamina está haciendo que las recientes investigaciones vayan encaminadas al desarrollo de tecnología de nanopartículas y nanoemulsiones que mejoren su absorción y asimilación por el organismo.
FUENTE: NATIONAL LIBRARY OF MEDICINE · https://www.ncbi.nlm.nih.gov/
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Tomar 2 perlas al día, una con el desayuno y otra con la cena, con un vaso de agua.
Ingredientes: Aceite de Pescado, Gelatina*, Humectante (Glicerina*) y D-alfa-Tocoferol (Vitamina E).
*Componentes de la perla.
Ingredientes | Aporte diario (2 perlas) | *VRN diario (2 perlas) |
Aceite de pescado | 1000 mg (aportan180 mg de EPA y 120 mg de DHA) | – |
Vitamina E | 20 mg | 167 % |
*VRN: Valores de Referencia de Nutrientes.
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