Población en general que desee disminuir o prevenir los síntomas de la diarrea, mejorar su salud gastrointestinal, mejorar el funcionamiento de su sistema inmunitario y que quiera aprovecharse de todos los beneficios que aportan los probióticos seleccionados como su contribución a mejorar la salud cardiovascular y el bienestar psicológico.
El empleo de probióticos está especialmente indicado en trastornos gastrointestinales, tanto los debidos a la toma de antibióticos, como los asociados a condiciones crónicas como el síndrome de colon irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal.
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando son administrados en cantidades adecuadas, confieren un efecto beneficioso en la salud del consumidor. Evitan la proliferación de microorganismos potencialmente patógenos, ya que compiten por la colonización de los mismos tejidos, acidifican el medio y producen compuestos bactericidas; mejoran la función barrera del epitelio intestinal, protegiendo al organismo de agentes externos, y favorecen el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
Al normalizar la composición de la microbiota intestinal, la suplementación con probióticos mejora muchos otros aspectos de la salud de nuestro organismo gracias a la existencia de los llamados ejes microbiota intestinal-cerebro, microbiota intestinal-cerebro- piel o el eje microbiota intestinal-corazón.
Los prebióticos son nutrientes que favorecen el crecimiento y buen funcionamiento de los probióticos. Tal y como se explica en una revisión publicada en Current opinion in pharmacology (2018), los prebióticos ayudan a la supervivencia de las cepas probióticas empleadas en suplementación dietética, mejorando su viabilidad y eficacia.
El empleo de probióticos para la prevención y tratamiento de la diarrea asociada a antibióticos está ampliamente contrastado en las publicaciones científicas, siendo capaz de mejorar la sintomatología y la rápida recuperación, como se muestra en una publicación en la Journal of the American Medical Association (2012).
En un metaanálisis de la revista Journal of affective disorders (2018) se revisaron varios estudios clínicos y preclínicos, en los que se ha demostrado el impacto positivo de los probióticos en trastornos depresivos, ya que su suplementación provoca mejoras significativas en el estado de ánimo.
La toma de probióticos proporciona, a su vez, una alternativa no farmacológica para la reducción de los factores de riesgo cardiovascular. Las evidencias recogidas en un metaanálisis en la revista científica Medicine (2018) muestran que los probióticos son capaces de reducir los valores séricos de triglicéridos.
FUENTE: NATIONAL LIBRARY OF MEDICINE · https://www.ncbi.nlm.nih.gov/
Tomar 1 cápsula al día con un vaso de agua.
Ingredientes: Fibra soluble (Dextrina resistente), Maltodextrina, Agente de recubrimiento (Hidroxipropilmetilcelulosa)*, Antiaglomerante (Estearato de magnesio) y Mezcla de Lactobacillus rhamnosus, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium animalis lactis. *Componentes de la cápsula.
Ingrediente | Aporte por dosis diaria (1 cápsula) |
Dextrina resistente (fibra) | 200 mg |
Lactobacillus rhamnosus | 2,5·108 UFC* |
Lactobacillus acidophilus | 2,5·108 UFC* |
Lactobacillus plantarum | 2,5·108 UFC* |
Bifidobacterium animalis lactis | 2,5·108 UFC* |
*UFC: Unidades Formadoras de Colonias
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